Podríamos resumirlo en dos palabras IM-PRESIONANTE. Cualquier otra manera de expresarlo, creemos, se quedaría corta. No hay palabras para explicar lo impactante que fue ver la nave de nuestra iglesia llena de jóvenes dispuestos a pasar la noche del viernes en adoración ante Jesús Eucaristía, renunciando al ruido del mundo para introducirse en el silencio de Dios.
50 corazones, llenos de vida, que si unimos a los de las Hermanas, resultan más de 100 corazones devolviendo al Señor todo el amor que Él nos ha dado primero.
Más de 100 corazones con deseos de reparar ese Corazón que tanto ama a los hombres y que tantas veces lo tenemos olvidado.
Más de 100 corazones diciéndole SÍ al Señor en las batallas de cada día, yendo a beber a la verdadera fuente de Vida y llenándose de Su amor.
Más de 100 corazones cantando a una sola voz para alabar a Dios.
100 corazones cansados, tras la noche en vela, pero desbordantes de alegría y agradecimiento por tantos dones recibidos.
Estamos deseando repetir la experiencia, y tú, ¿te vas a perder la Corazonada de noviembre? Jesús te espera.