Una corazonada es… una intuición que trae una certeza sobre algo. Ésta no falla, porque está fundada en las promesas del único que jamás falta a su palabra.
Hemos escuchado el grito de Jesús: ¡TENGO SED!
Sentimos a Jesús mendigar y suplicar desde su soledad: “Tú, al menos, ámame”.
Hoy te gritamos, como san Francisco: “¡El Amor no es amado!”
Por eso te invitamos a amarle por ti y por todos los que no escuchan este grito